Como parte del programa de recuperación de sus ecosistemas marinos, El Salvador trabaja diariamente en la limpieza de su mar territorial, pero la estrategia también se aplica tierra adentro, per medio de personal del Ministerio de Medio Ambiente.
Las jornadas de limpieza en playas y manglares, que se ejecutan con el apoyo de los equipos de guardarrecursos, comunidades costeras, aliados estratégicos y actores locales, forma parte de los esfuerzos para evitar que continúen contaminándose los sistemas marinos.
Los esfuerzos no se quedan ahí, pues los equipos también trabajan en el rescate de redes fantasmas y otras herramientas utilizadas en la actividad pesquera, que yacen en el fondo marino producto de la actividad humana.
«Desarrollamos jornadas subacuáticas, en coordinación con nuestros aliados estratégicos, para sacar del fondo del mar los aperos que yacen abandonados en el lecho marino y son un peligro inminente para diferentes especies marinas», destaca la institución.
La instalación de riobardas en ríos y otras fuentes de agua dulce, para evitar que los desechos vayan a parar a las desembocaduras que conectan con el océano Pacífico, son parte de los esfuerzos para reducir la contaminación de la línea marítima salvadoreña.
«Las redes de pesca, usualmente hechas de plástico desde mediados del siglo XX, pueden ser abandonadas o perdidas en el océano por los pescadores», señala el artículo Ghost fishing killing seairds de la cadena BBC.
«Conocidas como redes fantasma, enredan peces, delfines, tortugas marinas, tiburones, dugongos, cocodrilos, aves marinas, cangrejos y otros animales marinos, restringiendo el movimiento, causando inanición, laceración, infección, y también la sofocación en aquellos que necesitan subir a la superficie para respirar», agrega el artículo.