Se retoma de los relatos de la época brindados por discípulos de Jesús que, el mesías mandó a sus discípulos Pedro y Juan a preparar la última cena y que una de las primeras instrucciones fue que se encontraran con un contacto y siguieran a ese hombre que llevaba un cántaro.
Los discípulos debían de llegar hasta donde entrara el hombre con su cántaro y que entraran al lugar y ese sería el punto elegido para su última reunión antes de que Jesucristo fuera aprehendido y sometido al proceso que acabó con su muerte.
El lugar donde llegó el hombre del cántaro fue identificado como el Cenáculo, lo cual fue relatado por ell apóstol Marcos. “Vayan a la ciudad; les saldrá al encuentro un hombre llevando un cántaro de agua; síganlo, y allí donde entre, digan al dueño de la casa: ‘El Maestro dice: ¿Dónde está mi sala, donde pueda comer la Pascua con mis discípulos?’. Él les enseñará en el piso superior una sala grande, ya dispuesta y preparada; hagan allí los preparativos para nosotros”, relata Marcos 14.
Algunos historiadores ubican el Cenáculo en Jerusalén y que el lugar era propiedad de la madre de Marcos. Un lugar amplio, alto y alfombrado, donde también tuvieron lugar el lavatorio de los pies y luego de eso también sería el lugar donde Jesucristo se les presentó a sus discípulos.