El fútbol salvadoreño tiene una historia de altas y bajas. En los últimos años la mayoría han sido sinsabores a nivel internacional tanto a nivel de selecciones como de equipos.
En las últimas décadas, los logros internacionales se pueden contar con los dedos de una mano y, en entre estas hazañas se pueden incluir tres clasificaciones mundialistas nada más. Dos de estas en mundiales de selecciones mayores y una tercera en la categoría sub-20, la única en el nuevo siglo.
Cabe destacar que en las tres ocasiones, la Selecta ha sido dirgida por técnicos salvadoreños o radicados en el país.
La primera clasificación mundialista la logró el ya fallecido Gregorio Bundio Núñez, jugador argentino que llegó al país en 1951 contratado por Club Deportivo Dragón.
Cuando Bundio Núñez asumió las riendas de la Selecta, en 1968, ya era un ‘salvadoreño’ más que conocía el fútbol local tanto de jugador como de técnico.
El argentino-salvadoreño fue el primer técnico en clasificar a la selección de El Salvador a un mundial de fútbol y colocar al país entre las primeras 16 selecciones del mundo, ya que en esa época el mundial se jugaba con 16 combinados nacionales.
La segunda clasificación mundialista fue lograda por otro técnico nacional, Mauricio Rodríguez Lindo (‘Pipo’ Rodríguez) en la exagonal final de Honduras, dejando en el camino a México.
En ambas competencias, todos los jugadores provenían del fútbol local, sin nacionalizados ni repatriados.
La última selección exitosa del fútbol salvadoreño fue la sub-20, que en 2013 clasificó al mundial de Turquía, bajo la conducción de otro salvadoreño, Mauricio el ‘Tuco’ Alfaro. También se convirtió en la primera selección salvadoreña de fútbol once en puntuar en un mundial, con su victoria sobre Australia.
También fue un técnico local quien logró una medalla de oro para El Salvador en unos Juegos Centroamericanos y del Caribe. Se trata del técnico Juan Ramón Paredes, quien obtuvo la presea dorada en los juegos celebrados en San Salvador 2002.
El resto solo han sido intentos frustrados tanto con técnicos extranjeros que llegaron con gran cartel internacional o técnicos locales que, en muchas oportunidades, llegan de apagafuegos después de otra desilusión.