Antes se contaban por decenas los asesinatos cada día en El Salvador. Era un país donde la vida no valía nada. Los gobernantes, en más de 30 años, no tuvieron la voluntad política ni disposición personal para evitar el derramamiento de tanta sangre.
El Presidente Nayib Bukele asumió el mando de un país, quebrado y sumido en la criminalidad; era un país anárquico donde las pandillas controlaban territorios e imponían sus leyes.
Ante ese sombrío panorama era necesario tomar medidas extraordinarias, no seguir los pasos de sus antecesores y dar un golpe de timón.
Combatir al enemigo número uno de los salvadoreños, las pandillas, fue la prioridad.
El Presidente Bukele declaró la Guerra contra las pandillas, modernizó las instituciones de seguridad, saneó el sistema carcelario, impulsó leyes con más dientes, construyó la cárcel más grande y segura de toda Latinoamérica y se lanzó al combate.
Los grupos pandilleros eran los causantes de la mayoría de los homicidios en el país, el presidente Bukele los enfrentó con su ejército, capturó y los encerró para llevarlos ante jueces para juzgarlos por todos sus crímenes.
La cifra de pandilleros capturados por las autoridades alcanza los 80,200 al cierre de mayo. Encerrados no hacen más daño a la población honrada.
Antes de finalizar este periodo del gobierno del presidente Bukele, se puede concluir que el tema de la inseguridad está resuelto. El país es ahora el más seguro de la región.
Desde el 1 de junio de 2019 a la fecha se contabilizan 625 días sin homicidios, un récord que a todos los salvadoreños de bien les llena de mucho orgullo y les ha devuelto la confianza.
En el país ahora en cada mes son más días sin homicidios a diferencia de años pasados. Los días de inseguridad, que no podían salir de su casa de noche ni ir de paseo o caminar libremente en los barrios terminaron.
En los 30 años pasados que estuvieron los gobiernos de turno apenas lograron tener un día sin homicidios.
El Salvador renace, y en los próximos cinco años la expectativa es seguir mejorando en todos los rubros ya sin la criminalidad al acecho, las oportunidades de progreso están para todos.