El astronauta de padres salvadoreños, Frank Rubio, regresó este miércoles a la Tierra, luego de permanecer por 371 días en la Estación Espacial Internacional (EEI), rompiendo un récord sobre la mayor permanencia de un astronauta de la NASA en el espacio. «Es bueno estar en casa», dijo Rubio.
Rubio regresó a bordo de la nave de fabricación rusa Soyuz MS-23, que se desacopló de la EEI un minuto antes de lo previsto, y aterrizó en las estepas de Kazajistán, una exrepública socialista soviética. Junto con el salvadoreño viajaban los cosmonautas rusos Serguéi Prokópiev y Dmitri Petelin.
El astronauta de la NASA y sus colegas de la agencia rusa Roscosmos, viajaron alrededor de 3 horas y media desde el espacio, para aterrizar en la mañana 7:17. «Bienvenido a casa, Frank», publicó la agencia estadounidense.
En El Salvador, la madre de Rubio, Mirna Argueta, siguió toda la trayectoria de su hijo, que fue transmitida desde el traslado de la Estación Espacial Internacional a la nave Soyuz MS23, hasta que la nave aterrizó en Kazajistán.
«En realidad no es algo que él estuviera deseando hacer, un récord, porque él quería ver a sus hijos, pero bendito Dios que lo pudo lograr y está demostrando que ellos están preparados para eso», dijo la madre del astronauta.