En el cuarto año de gobierno del presidente Nayib Bukele, las autoridades han aumentado los esfuerzos encaminados a combatir la evasión fiscal, que ha dejado más de $800 millones a las arcas del Estado, desde su implementación en 2019, de acuerdo con Hacienda.
Sobre el Plan Antievasión, el ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya, manifestó que ahora es uno de los principales pilares del fisco y les ha permitido cumplir con sus obligaciones «incrementando los ingresos en aproximadamente $1,800 millones”.
En su cuarto año, el presidente Bukele dio otra vuelta a la tuerca para descubrir evasores, con la apertura de la fase IV del Plan Antievasión, que incluye una mayor cooperación con la Fiscalía General de la República y la Policía Nacional Civil.
Con motivo del lanzamiento de la fase IV, Zelaya dijo que con el actual gobierno se acabaron los privilegios que gozaron los evasores con los anteriores gobiernos y hoy deben pagar.
«Básicamente, el Plan Antievasión lo único que hace es perseguir a aquellos que no han pagado sus impuestos y que le han robado el desarrollo a El Salvador para que ahora sí los paguen y que puedan ponerse al día con el Ministerio de Hacienda», destacó Zelaya.
Mediante el denominado Jueves de Evasores, el Ministerio de Hacienda ha presentado avisos ante la Fiscalía General de la República para que ejerza la acción legal, con el objetivo de recuperar fondos propiedad del Estado cuyo pago ha sido evadido. De esa forma, Hacienda pudo recuperar por ese mecanismo 22 millones de dólares.
Además de los controles fiscales y la ubicación de evasores, el Gobierno de Bukele tiene otras apuestas como el uso de marchamos conectados a sistemas GPS para hacer cada vez más difícil el robo a las arcas fiscales, por parte de violadores de la ley.