Estas temperaturas históricamente altas representan un riesgo para la salud sin las medidas necesarias.
Centroamérica, México y el sur de los Estados Unidos enfrentan una ola de calor sin precedentes, que ya está generando efectos perjudiciales en la salud de los habitantes y en los ecosistemas.
Los expertos de la comunidad académica y científica tienen una serie de recomendaciones infaltables para soportar la ola de calor de la mejor manera. La principal es hidratarse continuamente, al tiempo que se debe reducir la ingesta de azúcares y de alcohol. Junto con el agua, se puede optar por frutas y verduras frescas y jugos naturales sin endulzantes añadidos o en exceso.
Luego está la protección solar, pues junto con las altas temperaturas también suben los niveles de radiación. Al elegir un producto, asegúrese que tenga más de FPS 15 y que tenga resistencia a la sudoración. De cualquier manera, y si sus actividades diarias se lo permiten, evite exponerse al sol demasiado entre las 11:00 a.m. y las 4:00 p.m.
Finalmente, procure usar ropa holgada, de colores claros y con telas de origen natural. Esto ayuda también con la sudoración. Ante todo, se debe proteger a grupos vulnerables como niños pequeños, abuelos y a las mascotas.
