La construcción de Bitcoin City es un proyecto pensado para beneficiar, principalmente, a los salvadoreños. El secretario de Comercio e Inversiones, Miguel Kattan, aclaró que será una zona regida por el marco jurídico salvadoreño, y no un sitio aislado, como las voces críticas de la iniciativa sugieren.
“Es un polo de desarrollo, propiedad de El Salvador, con las leyes de El Salvador”, comentó el secretario Kattan. Leyes como el Código Penal, el Código de Comercio y demás instrumentos jurídicos tendrán la misma validez que tienen en el resto del territorio. Esto es muy diferente a las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico que están en Honduras: “no hay tal cosa” de que así será en el país, remarcó el funcionario.
Para financiar la construcción de Bitcoin City, el Presidente Nayib Bukele anunció la emisión de un paquete de bonos, denominados en bitcoin, por el equivalente a $1,000 millones. “La idea es conseguir endeudamiento a través de unos bonos (en denominación de bitcoin) que van a ser pagados con la minería de Bitcoin, no con recursos del Estado, y que van a permitir desarrollar esta zona”, comentó.
La minería es el proceso que permite generar más criptomonedas con equipo informático especializado. El Gobierno salvadoreño promoverá esta actividad con el uso de geotermia, un recurso de generación energética limpia y que en El Salvador es abundante, pues proviene del vapor que generan los suelos donde hay volcanes.
Según Kattan, de todas las opciones que se consideraron para ubicar a esta ciudad, el Presidente decidió hacerlo en un lugar que hubiese sido abandonado por los gobiernos anteriores, para promover la prosperidad en la zona. De ahí que surgió la idea de erigirla en las faldas del volcán de Conchagua, en La Unión.
“Esa alta tecnología se derramará a otras ciudades del país”, afirmó el secretario.