El Salvador pasó de tener barreras invisibles que levantaron las pandillas a lograr una convivencia pacífica entre sus habitantes, paso a paso. El objetivo del Presidente Nayib Bukele es que todos tengan oportunidades para su crecimiento personal, sin importar el lugar donde viven.
La Dirección de Reconstrucción del Tejido Social tiene una labor esencial para cumplir esta misión que se ha trazado el mandatario. Según el director, Carlos Marroquín, los proyectos ejecutados han facilitado “entender mucho más a un pueblo que sufrió y que hoy, después de muchísimo tiempo, en estos cinco años, han visto la luz”, afirmó.
En este sentido, los Centros Urbanos de Bienestar y Oportunidades (CUBO) han sido una manera de concretar esta visión del Presidente Bukele, porque llegan a lugares donde había estigmatización. Ya se han construido 11 (con una inversión estimada de $12 millones) y vienen otros 10 en camino, también para lugares donde los pandilleros al fin perdieron el dominio que tenían.
“Lo que viene será mucho mejor que esto que ha pasado”, dijo Marroquín. De hecho, cada Centro Urbano se adapta a las necesidades de sus beneficiarios. “Es parte del trabajo que hacemos: entender a la comunidad”, afirmó.