El Salvador ha sido siempre un país fervoroso, respetuoso del calendario religioso, en su historia se marcan tres años en los que las procesiones de Semana Santa se paralizaron totalmente.
Seguramente te recuerdas del año más reciente, el 2020 cuando la pandemia del COVID19 no solo paró la Semana Mayor, sino todas las festividades del calendario.
En el 2020 los templos permanecieron cerrados, mientras que en el 2021 las actividades litúrgicas se realizaron sin procesiones y feligreses todo a través de transmisiones en línea.
Pero, hay una fecha que muy pocos recuerdan y es la Semana Santa de 1980, cuando el conflicto armado y el fuerte tiroteo ocurrido el domingo de Ramos durante el funeral de Monseñor Romero, en los alrededores de Catedral, obligó a las autoridades eclesiásticas reconsiderar las actividades tradicionales durante esa Semana Mayor.
La Curia salvadoreña decidió suspender las procesiones en San Salvador ante las pocas garantías para los feligreses, algunas actividades fueron realizadas en los municipios fuera de la capital.