En el tercer año de gestión del presidente Nayib Bukele, que siguen con altas calificaciones e incluso la población pide su reelección en el 2024, resalta por la importante inversión que su gobierno ha hecho por mejorar toda la infraestructura de los hospitales nacionales y de las unidades de salud.
La inversión contrasta con la herencia del sistema: infraestructura en ruinas, que dejaron anteriores gobiernos de ARENA y FMLN, que lejos de invertir en salud, se dedicaron a saquear las arcas del Estado para beneficio personal.
Desde el primer día de su mandato, el tema de salud siempre estuvo presente en la agenda del presidente Bukele; sin embargo, la anterior Asamblea Legislativa, dominada por los partidos tradicionales, no permitió al Gobierno avanzar en su objetivo de que la población tuviera una mejor atención médica en general.
Esto quedó demostrado con el ingreso de la pandemia de covid-19 a El Salvador, donde los diputados de ARENA y el FMLN obstaculizaron e incluso pusieron en peligro la vida de millones de salvadoreños al negar medicina, vacunas, insumos médicos y compra de comida, esto último para apoyar a los salvadoreños que fueron afectados económicamente por el virus.
Las primeras críticas de la oposición surgieron con la construcción del moderno Hospital El Salvador en lo que fue el Centro Internacional de Ferias y Convenciones (CIFCO), que en un inicio sería para atender a personas afectadas por coronavirus y luego convertido en un hospital de especialidades.
En lugar del moderno hospital, los legisladores de ambos partidos insistían, una y otra vez, en la instalación de canopis para improvisar hospitales temporales que ponían en riesgo la vida y seguridad de los pacientes con covid-19.
Con los meses, y con el avance de la enfermedad en el país, se demostró que la construcción del Hospital El Salvador fue atinada y se realizó en momento oportuno, permitiendo salvar la vida de miles de ciudadanos.
La decisión, junto con el resto de las medidas implementadas en la pandemia, hicieron que El Salvador fuera reconocido a nivel mundial por las acertadas políticas implementadas por el Gobierno de Nayib Bukele, en medio de la crisis en el mundo.
La irrupción de Nuevas Ideas en la Asamblea Legislativa cambió la correlación de fuerzas ya que el pueblo salvadoreño otorgó la mayoría calificada, cuestión que permitió al Gobierno de Bukele iniciar una profunda transformación de los hospitales y unidades de salud.
También se dotó de medicinas a los nosocomios, una situación por la que gobiernos anteriores no se habían preocupado, y se añadió nuevos fármacos al cuadro básico, se cambiaron las camas, se remodelaron y equiparon los quirófanos, salas cunas, y se construyeron los lugares de descanso de médicos y enfermeras.
El Gobierno de Bukele comenzó con la construcción de dos nuevos hospitales, uno de ellos en la zona norte de San Salvador en el municipio de Nejapa y el otro el nuevo Hospital Nacional Rosales.
Las autoridades de Salud han indicado que también se remodelará el Hospital Rosales, uno de los principales centros médicos del país y que fue seriamente descuidado por la administración anterior.
Los dos proyectos forman parte de la estrategia de ampliación y modernización del Sistema de Salud Pública, que por años no se le dio la importancia necesaria de parte de ARENA y FMLN cuando estuvieron al frente del Ejecutivo.
En ese sentido, el Gobierno va a invertir 170 millones de dólares para construir los dos nuevos hospitales, como también, para la edificación de 31 Unidades de Salud y en el mejoramiento de 11 hospitales de la red pública.