El presidente de ANDA, Rubén Alemán, reiteró la importancia de la planta desalinizadora Madresal, y los beneficios que traerá para las 150 familias que habitan en la isla.
“Con la planta, el agua salada se convertirá en agua potable para el consumo humano. El reto será que el proyecto siga adelante utilizando el recurso de buena forma”, subrayó.
Alemán, dijo que gracias a esta iniciativa, las familias que habitan en la isla recibirán agua con mucha “inocuidad”.
Además, no descartó que se tenga intenciones de ejecutar más proyectos de esta índole en otros sectores para beneficiar a familias que no tienen acceso a agua potable.
“Se trata de la primera planta fija que va a bastecer a una comunidad rural, hay muchas comunidades que hoy se abastecen de sus pozos artesanales con una calidad que no que no es apta para el consumo”, agregó.