Alrededor de 150 personas fueron detenidas por la policía de Brasilia por la invasión y daños a instituciones del Estado como el Congreso y la Corte de Justicia de Brasil.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, acusó al ex mandatario Jair Bolsonaro de haber azuzado, con llamados incendiarios, los disturbios de este domingo que culminaron con la toma de sedes del Estado que dejaron daños a su paso.
El magistrado del Supremo Tribunal Federal, Alexander Moraes, determinó para un grupo de 30 manifestantes la detención preventiva por los ataques.
«Y sabes que hay varios discursos del expresidente alentando eso. Y esa es también su responsabilidad y la de los partidos que lo apoyaron», indicó el presidente Lula da Silva, en sus redes sociales.