Tras la confirmación de la muerte de Yevgeni Prigozhin, por parte de las autoridades de Rusia, las especulaciones sobre la catástrofe donde fallecieron otras 12 personas, tres de ellas tripulantes, no se han hecho esperar.
En el grupo cercano a Prigozhin también viajaba el comandante del grupo PMC Wagner, Dmitry Utkin y ocho personas más. Tras el accidente reinó la confusión pues el empresario solía cambiar de aeronave y siempre había dos aviones en el aire cuando se trasladaba, para esquivar cualquier atentado en su contra, pero esta vez falló la estrategia.
Luego de confirmarse su muerte, se comenzaron a divulgar teorías sobre lo que pudo suceder y muchas versiones apuntan que detrás de la caída del Embraer 600, propiedad de Prigozhin, estaría el presidente de Rusia, Vladimir Putin, de quien se ha desempolvado una vieja entrevista donde afirma que lo único que no perdonaría de otra persona es la traición.
En junio pasado, Prigozhin se reveló contra el Kremlin y marchó hacia Moscú con miles de sus hombres y aniquilando a su paso a fuerzas leales a Putin, y cuando Occidente esperaba el asalto a la capital, el jefe de Wagner frenó y regresó por donde vino. Luego sus fuerzas se trasladaron a Bielorrusia donde se encuentran actualmente y generan nerviosismo en la OTAN por su cercanía a la frontera con Polonia.
Muchos ven la mano del presidente Putin en este accidente y hay versiones de misiles y detonaciones previas a la caída de la aeronave, pero tampoco occidente estaba cómodo con el jefe de Wagner.
Prigozhin estaba sancionado por la Unión Europea y su papel clave en la expansión de la presencia rusa en África a través de Wagner, además del aporte decisivo de este grupo paramilitar en la toma de Bakmut, Ucrania, tampoco era del agrado de Occidente.