La policía española continúa indagando sobre el triple asesinato de Ángeles, Amelia y Pepe (con discapacidad), tres jubilados españoles que fueron encontrados apilados y parcialmente quemados en su vivienda de Morata de Tajuña, el jueves recién pasado.
Los tres hermanos, de entre 68 y 72 años, que siempre iban juntos a todas partes, habían desaparecido desde hace un mes y los vecinos comenzaron a extrañar su repentina ausencia y a preguntarse a dónde habían ido, por lo que informaron a la policía.
Tras su hallazgo, comenzaron a fluir diferentes relatos sobre el comportamiento de los tres hermanos, en especial de las dos mujeres. Se conoció, por ejemplo, que ellas habían estado prestando dinero entre los vecinos, con la versión de que estaban tramitando una herencia de la que habían sido informados a través de Internet
Todo comenzó hace 7 años, cuando dos supuestos exmilitares norteamericanos en Afganistán, se contactaron con Ángeles y Amelia de quienes se habrían declarado perdidamente enamorados.
Ya atrapadas sentimentalmente por el estafador, uno de los ‘novios’ que se identificaba como Edwar les comunicó que lamentablemente el otro militar había fallecido y les había dejado una herencia de 7 millones de euros, pero que necesitaba fondos para hacer los trámites y pagar el impuesto de la transferencia. Para seguir alimentando la ilusión de su enamorada, él mismo se había presentado como un oficial que contaba con propiedades en varios lugares.
Los conocidos de las tres víctimas han relatado que advirtieron en ocasiones reiteradas a las hermanas que claramente estaban siendo víctimas de una estafa, pero el amor es ciego, dicen.
Ambas mujeres estaban seguras de que la historia y los enamorados eran verdaderos y que las voces en contra eran por envidia. Fue entonces que comenzaron a vender sus bienes, entre estos otro piso de su propiedad que tenían en Madrid.
Sin embargo, la cantidad no era suficiente para tramitar la herencia les recalcaba el estafador y esto llevó a las hermanas a pedir prestados 60 mil euros a un pakistaní que vivió con ellos y que luego atacó con un martillo a una de ellas, al no cancelarle su deuda, lo que llevó a su detención.
La policía maneja varias hipótesis, pero la principal es que uno de los prestamistas se compró con la vida de los tres hermanos y que la estafa del enamorado remoto fue el origen de la tragedia.