El daño que ocasionaron décadas de violencia pandilleril en las comunidades requiere una intervención profunda del Estado. Gracias a los proyectos del Presidente Nayib Bukele, se ha dado una respuesta digna.
“Las inversiones que ha hecho este Gobierno, sobre todo en prevención de la violencia, nunca se habían hecho”, dijo el titular de la Dirección de Reconstrucción del Tejido Social, Carlos Marroquín. Parte de estas obras son los Centros Urbanos de Bienestar y Oportunidades (CUBO).
Los 11 CUBO que ya operan en el país, los cuales han recibido ya 500,000 visitantes. Hacia finales de mayo, iniciará la construcción de 10 más en lugares como Ilopango, San Marcos, Tonacatepeque, Nejapa, Chinameca, entre otros. Los cambios que observan los administradores de los CUBO son casos de niños que han leído hasta cinco libros en un mes y jóvenes que ya se plantean un mejor futuro para sí mismos. “Formarse una visión de largo plazo ahora es un logro histórico, en un país donde era prohibido soñar”, comentó el funcionario.
Marroquín destacó la fuerte influencia que ha tenido la figura del Presidente Bukele para ganarse la confianza de familias que habían quedado desahuciadas. “Eran familias que ya no creían en los políticos. Pero nosotros teníamos detrás de nosotros al presidente Bukele y, a cualquier persona que le preguntes afuera, el Presidente Bukele es un político que tiene credibilidad”, expresó.