Jasper Kraus, un ciudadano neerlandés de 67 años que vivía en Irlanda cuidando animales, murió luego de ser atacado por un gallo.
La investigación concluyó que la víctima sufrió un ataque al corazón tras perder mucha sangre a causa de las heridas provocadas por el animal.
El ave en cuestión atacó a Kraus por la espalda y le produjo una herida en la pantorrilla izquierda de 1,5 centímetros. Los médicos concluyeron que se trataba de una muerte muy inusual.
La hija de Kraus dijo que supuestamente se trataba de «una raza agradable y dócil, buena para los niños. Pero esto demuestra que cualquier raza puede ser peligrosa», aseguró. Que algo así pueda ocurrir es «muy raro e increíble, pero puede pasar», reflexionó.