Posadas y pastorelas, tradiciones católicas con ribetes indígenas que recrea nacimiento de Jesús

La Navidad es una fecha histórica cuyo origen es religioso, pero que en el devenir del tiempo ha venido llenando otros espacios como el cultural en la medida que la celebración se extendió alrededor del mundo de la mano de la evangelización católica traída por los conquistadores.

La tradición, que recrea lo que se considera fue la víspera y el nacimiento de Jesucristo hace más de dos mil años, pasó a América en boca de los conquistadores españoles, quienes la trasladaron a los pueblos indígenas junto con la religión católica, tras la llegada de Cristóbal Colón al continente europeo en 1492

Desde entonces, la simbiosis de las culturas europea e indígenas americanas han venido dando como resultado tradiciones católicas modificadas en su modo de celebrar algunos de los acontecimientos que, según los historiadores, rodearon el evento del nacimiento de Jesucristo en un pesebre de Belén.

Es así como se originan las denominadas posadas, que tuvieron sus primeras expresiones en México a inicios del siglo XIX, según está documentado, pero los inicios de todo el proceso comienza en 1587, cuando una bula papal autorizó lo que se denominaba las misas de aguinaldo, precisamente en los mismos días que la tribu mexica celebraba al dios huitzilopochtli. Luego, ambos acontecimientos se fusionaron.

Pero junto con estas posadas, que recrean lo que según la tradición fue una súplica de José  a los habitantes de Belén para que le dieran refugio en un hogar a María y  pudiera dar a luz al niño Jesús, bajo techo, se ha mantenido la tradición de las pastorelas.

En El Salvador, la tradición de las posadas se mantiene vigente y la de los pastores que llegaron a adorar al niño Jesús perduran en el tiempo, pero con importantes modificaciones; Portan sombrero y su cayado llevan cintas brillantes, traslúcidas y de colores.

Los diablitos que acompañan de manera burlona la adoración al niño Dios, cargan maracas mientras unas guitarras acompañan los cantos de los pastores. Muchos pueblos del país mantienen vigente la tradición, por lo general a cargo de vecinos, en su mayoría apoyados por la iglesia Católica.

 

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