Los representantes de la secta religiosa que propició a centenares de adultos y niños a la muerte con la esperanza de ver un mesías en Kenia por fin enfrentan acusaciones formales.
El representante de la fiscalía keniana encargado del caso, Mulele Ingonga, presentó acusación formal contra 95 personas por homicidio, radicalización, lesiones causantes de grave daño corporal y tortura contra niños. El líder de dicho grupo de creyentes, Paul Mackenzie, está entre los que deberán enfrentarse a la justicia
La secta que Mackenzie dirigía se aprovechó de la búsqueda espiritual de cientos de personas en la zona de Kilifi. Los forzó a practicar un ayuno mortal, con la promesa de que verían al mesías de los cristianos. Murieron 429 personas, distribuidas en una docena de fosas, con señales de estrangulamiento y con las secuelas del ayuno.