Durante la madrugada del 23 de diciembre, Tabasco (México) sufrió uno de los peores episodios de violencia en su historia.
Vehículos en llamas, motines en tres centros de reclusión, bloqueos, ataques a gasolineras y toda la ciudad bajo terror fueron el ambiente que predominó la jornada que precede a la Nochebuena.
Ese mismo día en la tarde, el gobernador interino de Tabasco, Carlos Merino, recibió al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
El mandatario supervisó los avances del Tren Interoceánico en la Estación Chontalpa, justo como Merino lo publicó. Ni López Obrador, ni Merino, hicieron referencia a los hechos de violencia con los que el crimen organizado tiene sometidos a los ciudadanos de ese lugar.