Tras un mes de deliberaciones, la mayoría de miembros del Parlamento Europeo han llegado a la conclusión de que se deben de regular todos los mecanismos que impliquen la participación de la Inteligencia Artificial. En tal sentido, acordaron iniciar un proceso de regulación en el que se involucrarán activamente los integrantes de la Unión, pero se guiarán con una propuesta elaborada por la Comisión Europea.
Debido a que los avances en el tema de Inteligencia Artificial han sido vertiginosos, en el marco regulatorio se han añadido elementos que no aparecieron en el primer borrador elaborado hace dos años. Entre los nuevos aspectos a regular se encuentran los motores generativos de IA como ChatGPT o Bard y otros sistemas de inteligencia artificial que se diseñan para simular la inteligencia humana.
El acuerdo sobre la Ley de Inteligencia Artificial fue votado por una apabullante mayoría de 499 parlamentarios, mientras que 28 votaron en contra de la regulación de las IA y 93 diputados europeos se abstuvieron de votar. En la sesión parlamentaria se votó además por limitar la vigilancia con cámaras de reconocimiento facial en espacios públicos, otro de los avances tecnológicos que es visto con recelo por su potencial violación a derechos humanos como la intimidad. La excepción de su uso serán los delitos graves, siempre y cuando tenga aval judicial.
Se legislará además la prohibición del uso de Inteligencia Artificial para crear categorías biométricas para identificar por género, etnia, religión u otras características. Tampoco se podrá crear sistemas policiales predictivos, a partir de perfiles o historiales delictivos de las personas, ni el reconocimiento de emociones mediante la IA en lugares de trabajo, de enseñanza o en fuerzas de seguridad. La creación de bases de datos de personas a partir de imágenes de internet o circuito cerrado de televisión, tampoco estarán permitidos.