El Barcelona sufrió durante buena parte de los 90 minutos en San Mamés, pero logró un triunfo por la mínima que le garantiza volver a poner 9 puntos de diferencia contra el Real Madrid y mantener el liderato de LaLiga.
El partido finalizó con polémica porque el Athletic marcaba el gol del empate en el minuto 87, pero el árbitro y el VAR marcaron una mano que parecía involuntaria en el inicio de la jugada.
El gol culé lo marcó el brasileño Raphinha sobre los minutos agregados del primer tiempo, momentos después de que el Athletic estrellara un balón en el travesaño.
El equipo de la ciudad condal no pudo controlar el balón por lo que sufrió todo el segundo tiempo los embates de los locales, especialmente en los últimos minutos.
Al finalizar el encuentro los jugadores se fueron encima del árbitro Gil Manzano protestando la decisión de anular el gol.