Este jueves se rinde tributo a la Última Çena, un pasaje bíblico que recuerda el último encuentro del hijo de Dios con sus doce discípulos.
En Jerusalén, todavía permanece vivo ese recuerdo milenario y toma mayor fuerza en Semana Santa con solamente ver El Cenáculo, situado en el alto piso de la casa donde Cristo celebró la última cena.
¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua? habían preguntado los discípulos? Id a la ciudad —respondió el Señor— y os saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua. Seguidle.
Allí donde entre decidle al dueño de la casa: «El Maestro dice: “¿Dónde tengo la sala, donde pueda comer la Pascua con mis discípulos?“» Y él os mostrará una habitación en el piso de arriba, grande, ya lista y dispuesta. Preparádnosla allí”.
En ese encuentro, se conoció la discusión entre ellos, la traición de Judas, del abandono de los discípulos y de las negociaciones de Pedro. Además, vino la enseñanza del mandamiento nuevo y el lavatorio de los pies; el discurso de despedida y la oración sacerdotal de Jesús, los pasos que antecedieron a su crucifixión y posterior resurrección o el día Pascual.