La Fiscalía General de la República (FGR) informó que el Tribunal 5o de Sentencia de San Salvador condenó al expresidente prófugo Mauricio Funes a ocho años de cárcel, por delitos como casos especiales de lavado de activos.
Esta condena en cuestión se refiere al caso del puente San Isidro. Funes se había puesto de acuerdo con el empresario Juan Manuel Bolaños para favorecer sus negocios, otorgándole la licitación para construir dicho puente. No solo la obra quedó inconclusa y el contrato sin concluir, sino que el efemelenista prófugo siempre recibió su dádiva o regalo por actuar de manera corrupta.
También detalló la FGR que ahora se activa una nueva orden de captura contra Funes, para que sea trasladado cuanto antes desde Nicaragua. En ese país ha encontrado la protección adecuada para incumplir su deber en enfrentar la justicia salvadoreña y hasta se nacionalizó junto con su familia, para dificultar su presentación ante los tribunales.
Anteriormente, Funes había sido condenado a devolver más de $200,000 al fisco por evadir impuestos y también fue condenado por la tregua con pandillas. Después del caso del puente en San Isidro, Funes enfrenta cinco o seis procesos penales más, todos relacionados con su intención de aprovechar los recursos públicos para llenarse de lujos.