Un diminuto pez que surca las aguas del río Amazonas constituye una de las criaturas consideradas muy peligrosas para los seres humanos, especialmente para los hombres, debido a las particulares características, que le asocia la ‘voz pópuli’.
Se conoce como candirú o «pez vampiro», y de acuerdo con un rumor muy difundido en las riberas del Amazonas -que comparten varios países sudamericanos- esta especie parásita tiene la capacidad de introducirse en la uretra del pene y llevar hasta la vejiga, donde se aloja, complicando la existencia del desafortunado o acabando con su vida. La única medicina planteada en este caso es traumática: cortar el pene, en el caso de los hombres, según los creyentes de esta criatura.
Pero la creencia popular ha añadido a la tenebrosa historia del candirú la supuesta capacidad de este pecesillo transparente, de introducirse en los geniales femeninos y en el recto de hombres y mujeres, con el único fin de alimentarse de su sangre desde sus entrañas.
Sin embargo, la documentación científica sobre las capacidades vampirescas de esta criatura del tamaño de una aguja, son demasiado limitadas, confusas y poco creíbles, de acuerdo con estudios más recientes.
Fue en 1997 cuando el urólogo brasileño Anoar Samad presentó el que sería el primer caso documentado de la supuesta introducción de un candirú en la uretra de un paciente atendido en la ciudad de Manaos.
De acuerdo con el informe médico, al paciente se le extrajo el candirú por la misma vía por la que le ingresó, algo que, además de ser muy doloroso, genera dudas, de acuerdo a investigadores de la Universidad de Connecticut, Estados Unidos.
Stephen Pott, director de un estudio desarrollado en 2001, destacó que en un experimento desarrollado con una simulación de aromas, el pez vampiro no reaccionó al estímulo olfativo comparado de un ser humano, pero sí lo hizo ante otros pez del que se alimenta. También indagó el caso presentado por Samad y le encontraron muchas contradicciones y debilidades.