El Jesucristo real, coincidente con los rasgos físicos de los judíos del siglo I, no tenía nada que ver con el de las películas y las estampas recreadas por los cristianos dos mil años después.
De acuerdo con la historiadora neozelandeza Joan Taylor, autora del libro ¿Cómo se veía Jesús?, el mesías habría sido físicamente parecido a los judíos de su tiempo que habitaban en el Medio Oriente : con la piel oscura, los ojos café y cabello corto.
Taylor agrega que los cristianos han absorbido una imagen europea de Jesucristo, pero ‘el Salvador’ no tenía ojos azules, nu era alto y barbudo de pelo largo, que es un prototipo europeo, sostiene.
Más bien, esa imagen del Jesús alto y ojos azules se generó durante la Edad Media en la época del imperio abizantino, según historiadores.
Una de las limitantes que existen para saber las facciones del mesías es que en la Biblia y otros escritos de la época no hay ni una tan sola referencia a la apariencia física de Jesús, por lo que documentalmente no hay posibilidades de refutar lo que la ciencia y la IA dicen sobre el físico del hijo de Dios.
Pero hay algunas luces sobre el tema de la apariencia masculina de la época, que se cita en Corintios, donde el apóstol Pablo plantea que «es una deshonra para el hombre tener el pelo largo», con lo cual cita una especie de regla moral entre los judíos de esa época.
Richard Neave, un experto forense en reconstrucciones faciales, retomó tres cráneos de judíos del siglo I de la zona donde vivió Jesús y recreó en 3D la imagen de un rostro, lo más cercana a la realidad de esa época. Un rostro que bien pudo ser o parecerse al del nazareno.
A partir de esqueletos encontrados en la zona en la que vivió Jesús, se estableció que la estatura promedio de los judíos en ese entonces era de 1.60.
Varias personas ya han recurrido a la Inteligencia Artificial para encontrar el verdadero rostro de Jesús, y aunque no todas las imágenes han resultado similares, hay coincidencias con la ciencia en que el hijo de Dios no era blanco.