Seis meses y un día después de la muerte de Isabel II, los duques de Sussex han logrado que sus dos hijos, Archie y Lilibet finalmente hayan sido reconocidos por la familia real británica como príncipes del Reino Unido.
Desde el nacimiento de los niños, el príncipe Harry y Meghan Markle habían tratado de buscar su reconocimiento como príncipes. Algo que se intensificó especialmente después de que Carlos III se convirtiera en rey.
El cambio se ha producido de forma discreta, sin anuncios por parte del palacio de Buckingham y simplemente con una ligera actualización de su página web. En ella, los niños han dejado de ser denominados Master y Miss para ser considerados como Prince y Princess; de hecho, como “príncipes de Sussex”, oficialmente.