Francia e Italia sufren el invierno más seco de los últimos años. Las reservas de agua no se han podido reponer y muchos agricultores temen por el impacto en sus cosechas.
En Venecia, donde las inundaciones suelen ser la principal preocupación, se enfrenta a mareas inusualmente bajas que hacen imposible que góndolas, taxis acuáticos y ambulancias naveguen por algunos de sus famosos canales.
En Francia este déficit crónico continúa tras las olas de calor excepcionales y la sequía del suelo, síntomas del cambio climático.
Casi todos los departamentos de la Francia metropolitana han sido declarados en alerta por sequía, con restricciones de agua para regar o lavar autos.