Varios factores están incidiendo en las condiciones opacas que se experimentan en San Salvador, según las autoridades ambientales.
Desde hace más de una semana, el valle de San Salvador parece que tiene las condiciones idóneas para que caiga una tormenta que aplaque el abrasador calor que se siente la mayor parte del día.
Seguramente, en algún momento, usted se habrá preguntado: ¿Por qué, si está opaco, no llueve? Y todo se debe a la calima, un término poco popular que, básicamente, responde a dicha interrogante.
De acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial, la calima es “la suspensión, en el aire, de partículas secas tan pequeñas que son invisibles a simple vista, pero suficientemente numerosas para dar al aire una apariencia opaca”.
¿Qué está pasando en el país?
En la actualidad, El Salvador se encuentra en la transición de la época seca a la lluviosa, la cual está acompañada, además de la calima, de un incremento de concentración del PM 2.5 y de polvo del Sahara.
La materia participada (particulate material, PM por sus siglas en inglés) se refiere a partículas de un grosor inferior al cabello humano lo cual, entre otros aspectos, propicia que su ingreso ocurra con facilidad a los pulmones.
Según la Dirección General de Observatorio de Amenazas y Recursos Naturales, desde el 28 de abril aumentó la concentración de PM 2.5, debido a las condiciones en la atmósfera y el clima de la época, lo que ha provocado “que la dispersión sea lenta o casi nula” y haya una calidad no satisfactoria del aire.