Luiz Inácio “Lula” da Silva juramentó este día como presidente de Brasil. Con 77 años, el nuevo mandatario de ese país suramericano promete luchar contra el hambre, la protección de las comunidades y frenar la deforestación de la Amazonía.
“Lula” da Silva asume por tercera vez las riendas de Brasil, en un momento que la población se encuentra polarizada porque muchos apoyan al mandatario saliente. En estos cuatro años promete transformar esa nación.
Su envestidura la recibió en el parlamento. Allí tomó el juramento constitucional frente a todo el poder político nacional y representantes de medio centenar de países.
El ahora presidente de Brasil se dirigió a los congresistas y al pueblo: “Es la tercera vez que comparezco ante este Parlamento para agradecer al pueblo brasileño”, dijo y afirmó que la «democracia triunfó» en las elecciones presidenciales. Unas que, según él, llegaron después de una enorme campaña de desacreditación y de mentiras por parte de su rival, Jair Bolsonaro.
“A pesar de todo, la decisión de las urnas prevaleció gracias a un sistema electoral internacionalmente reconocido por su eficacia”, agregó “Lula”.
Luego el mandatario se dirigió al Palacio del Planalto. Allí lo recibió una multitud vestida de rojo. A diferencia de investiduras anteriores y ante el viaje de Jair Bolsonaro a Estados Unidos, varios representantes del pueblo brasileño le pusieron la banda presidencial.
Frente a sus seguidores aseguró: “Hoy es uno de los días más felices de mi vida. Mi gratitud a ustedes que enfrentaron la violencia política antes y durante la campaña electoral, que ocuparon las redes sociales y que ocuparon las urnas debajo del sol y la lluvia”.
“Nuestras primeras acciones apuntan a rescatar del hambre a 33 millones de personas y rescatar de la pobreza a más de 100 millones de brasileñas y brasileños, que soportaron la más dura carga del proyecto de destrucción nacional que hoy se cierra”, concluyó.