Un tribunal revolucionario de Teherán, Irán, ordenó la primera sentencia de muerte contra un manifestante por protestar contra el régimen de ese país del Medio Oriente.
El hombre, cuya identidad no ha sido revelada, fue detenido por quemar una sede gubernamental tras la muerte en prisión de la joven Mahsa Amini el 16 de septiembre.
La pena capital ha sido decretada contra el protestante por incendiar un edificio gubernamental, alterar el orden público, reunirse y conspirar para cometer un delito contra la seguridad nacional, y ser enemigo de Dios y de corrupción en la tierra”, reza la sentencia.
En la larga fila de procesos listos para emitir sentencias similares se encuentran 15,000 personas más, quienes se encuentran detenidos por movilizaciones en las calles en diferentes acontecimientos.